La piel de tu bebé desempeña un papel muy importante en la protección de la salud y en la defensa contra los gérmenes, las bacterias y los agentes irritantes; la piel también regula la temperatura interna del bebé y es una herramienta para explorar el mundo a través del tacto.
La piel del bebé es distinta a la piel de un adulto, puede parecer perfecta, pero es muy delicada y necesita un cuidado especial durante los primeros años de vida.
En comparación con la piel de un adulto, la piel de tu bebé:
- Es alrededor de un 30% más fina.
- Puede perder la humectación más rápido.
- Es más propensa a la irritación.
- Absorbe el agua más rápido y también puede perderla más rápido.
Los primeros vínculos emocionales de tu bebé se crean mediante el contacto físico y serán la base de su desarrollo emocional e intelectual en etapas posteriores de la vida.
RECOMENDACIONES:
Evitar condiciones ambientales desfavorables, tales como: contacto y absorción de irritantes, fricción, deshidratación, alteración de la flora bacteriana cutánea y quemaduras solares.
Limpieza adecuada para evitar la acción de irritantes tópicos, en particular, el contacto con la orina y especialmente con las heces; aquí lo obvio es lo tradicional: lavar con agua, pero el agua sola no es suficiente para eliminar impurezas que son liposolubles, como las temibles enzimas proteolíticas de las heces, es por eso que se usa el jabón, pero el jabón común es alcalino e inapropiado para la piel del bebé.
Evitar el uso de cosméticos, estos pueden perjudicar la piel del bebé, que es más sensible.
Evitar exposición exagerada al sol, la exposición exagerada a luz solar causa envejecimiento de la piel e induce el cáncer cutáneo; de ahí el interés actual por los protectores solares, los cuales solo se recomiendan luego de los seis meses de vida.
RUTINA DEL CUIDADO DE LA PIEL PARA INDUCIR EL SUEÑO:
Se recomienda una rutina de tres pasos antes de dormir, ayuda a los bebés a dormirse más rápido, dormir más horas y reducir la cantidad de veces que se despiertan durante la noche:
- Comienza la rutina con un baño relajante con agua tibia y el Jabón líquido.
- Seca a tu bebé con caricias y dale un suave masaje.
- Disfruta del momento con tu bebé, puedes cantarle canciones de cuna, leerle un cuento o hablarle sobre tu día.
Siguiendo estos consejos, podrás ayudar a que tu bebé se relaje antes de apagar la luz.